Prolapso posterior (rectocele)

El prolapso de la pared vaginal posterior ocurre cuando se debilita la pared delgada de tejido que separa el recto de la vagina, lo que provoca que la pared vaginal sobresalga. El prolapso vaginal posterior también se denomina «rectocele».
El parto y otros procesos que ejercen presión sobre los tejidos pélvicos pueden provocar prolapso vaginal posterior. Es posible que un prolapso leve no cause signos ni síntomas.
Si el prolapso vaginal posterior es grande, puede crear una protuberancia notable de tejido a través de la abertura vaginal. Esta protuberancia puede ser incómoda, pero, rara vez, es dolorosa.
Si es necesario, hay medidas de cuidado personal y otras opciones no quirúrgicas que suelen ser efectivas. Es posible que el prolapso vaginal posterior grave requiera una cirugía para repararlo.

Síntomas

El prolapso vaginal posterior (rectocele) leve puede no causar signos ni síntomas.
De lo contrario, es posible que notes:

  • Una protuberancia de tejido blando en la vagina que puede sobresalir de la abertura vaginal
  • Dificultad para evacuar los intestinos
  • Sensación de presión rectal o de tener el recto lleno
  • Sensación de que el recto no se vació por completo después de evacuar los intestinos
  • Preocupaciones sexuales, como sentir vergüenza o una sensación de aflojamiento del tono del tejido vaginal

Muchas mujeres que tienen prolapso vaginal posterior también presentan prolapso de otros órganos pélvicos, como la vejiga, el útero o —en mujeres que se sometieron a una cirugía para extraer el útero (histerectomía)— la parte superior de la vagina.

Cuándo consultar al médico

El prolapso vaginal posterior es frecuente, incluso en mujeres que no han tenido hijos. De hecho, es posible que ni siquiera sepas que tienes prolapso vaginal posterior.
Sin embargo, en los casos moderados o graves, el prolapso vaginal posterior puede ser molesto o incómodo. Consulta con el médico en los siguientes casos:

  • Tienes una protuberancia de tejido molesta que sobresale por la abertura vaginal
  • El tratamiento contra el estreñimiento no logra producir heces blandas y fáciles de evacuar de tres veces por día a tres veces por semana

Causas

El prolapso vaginal posterior se produce por la presión en el suelo pélvico. Las causas del aumento de presión en el suelo pélvico son:

  • Estreñimiento crónico o presión al evacuar los intestinos
  • Bronquitis o tos crónica
  • Levantar objetos pesados en repetidas ocasiones
  • Sobrepeso u obesidad

Embarazo y parto

  • Levantar objetos correctamente y evitar levantar cosas pesadas. Al levantar objetos, usa las piernas en lugar de la cintura o la espalda.
  • Controlar la tos. Busca tratamiento para la tos crónica o la bronquitis, y no fumes.
  • Evitar el aumento de peso. Habla con el médico para determinar tu peso ideal y recibir asesoramiento sobre estrategias para bajar de peso si las necesitas.

Diagnóstico

En general, el prolapso vaginal posterior se diagnostica durante un examen pélvico de la vagina y el recto.
En el examen pélvico, es probable que el médico te pida lo siguiente:

  • Que te agaches como si fueras a evacuar los intestinos. Agacharte puede hacer que el prolapso vaginal posterior sobresalga, de modo que el médico podrá evaluar su tamaño y ubicación.
  • Que tenses los músculos pélvicos como si fueras a detener un flujo de orina. Esta prueba se utiliza para evaluar la fuerza de los músculos pélvicos.

Es posible que completes un formulario que ayude al médico a evaluar cuánto se extiende la protuberancia en la vagina y cuánto afecta tu calidad de vida. Esta información ayuda a guiar las decisiones del tratamiento.
En raras ocasiones, el médico también podría recomendarte pruebas de diagnóstico por imágenes:

  • Mediante una resonancia magnética o una radiografía, se puede determinar el tamaño del tejido que sobresale.
  • Con una defecografía, se puede determinar con cuánta eficacia se vacía el recto.

Factores de riesgo

Los factores que pueden aumentar el riesgo de tener prolapso vaginal posterior comprenden:

  • Genética. Algunas mujeres nacen con tejidos conjuntivos más débiles en la zona pélvica, lo que las hace naturalmente más propensas a tener prolapso vaginal posterior.
  • Parto. Si diste a luz por vía vaginal a varios niños, corres un mayor riesgo de tener prolapso vaginal posterior. Si tuviste algún desgarro en el tejido que se encuentra entre la abertura vaginal y el ano (desgarro perineal) o te realizaron incisiones para agrandar la abertura de la vagina (episiotomías) durante el parto, también puedes correr un riesgo mayor.
  • Envejecimiento. . A medida que envejeces, pierdes masa muscular, elasticidad y función nerviosa de forma natural, lo que hace que los músculos se estiren o se debiliten.
  • Obesidad. El exceso de peso corporal ejerce presión sobre los tejidos del suelo pélvico.

Prevención

Para reducir el riesgo de empeoramiento del prolapso vaginal posterior, prueba lo siguiente:

  • Realizar ejercicios de Kegel regularmente. Estos ejercicios pueden fortalecer los músculos del suelo pélvico, algo especialmente importante después de tener un bebé.
  • Tratar y prevenir el estreñimiento. Bebe mucho líquido y come alimentos ricos en fibra, como frutas, vegetales, frijoles y cereales integrales.
  • Levantar objetos correctamente y evitar levantar cosas pesadas. Al levantar objetos, usa las piernas en lugar de la cintura o la espalda.
  • Controlar la tos. Busca tratamiento para la tos crónica o la bronquitis, y no fumes.
  • Evitar el aumento de peso. Habla con el médico para determinar tu peso ideal y recibir asesoramiento sobre estrategias para bajar de peso si las necesitas.

Tratamiento

Las opciones de tratamiento dependen de la gravedad del prolapso vaginal posterior. El médico podría recomendarte:

  • Observación. Si tu prolapso vaginal posterior causa pocos síntomas o ninguno, las medidas de cuidado personal simples, como practicar ejercicios de Kegel para fortalecer los músculos pélvicos, pueden brindar alivio.
  • Pesario. Un pesario vaginal es un anillo de plástico o caucho que se inserta en la vagina para sostener los tejidos debilitados. El pesario debe extraerse regularmente para limpiarlo.

Cirugía

Es posible que sea necesaria una reparación quirúrgica si:

  • El prolapso vaginal posterior sobresale por fuera de la vagina y resulta especialmente molesto.
  • Tienes prolapso de otros órganos pélvicos además del prolapso vaginal posterior que resulta molesto. La reparación quirúrgica de cada afección puede hacerse al mismo tiempo.

La cirugía emplea un abordaje vaginal y, generalmente, consiste en extraer el excedente de tejido estirado que forma el prolapso vaginal posterior. Se puede insertar un parche de malla para sostener y fortalecer la fascia.

Estilo de vida y remedios caseros

Según la gravedad del prolapso vaginal posterior, las medidas de cuidado personal pueden brindarte alivio. Intenta lo siguiente:

  • Haz los ejercicios de Kegel para fortalecer los músculos pélvicos y sostener la fascia debilitada.
  • Evita el estreñimiento mediante el consumo de alimentos con alto contenido de fibra y de una gran cantidad de líquidos.
  • Evita hacer fuerza para evacuar los intestinos.
  • Evita levantar cosas pesadas.
  • Controla la tos.
  • Baja de peso si tienes sobrepeso u obesidad.

Ejercicios de Kegel

Los ejercicios de Kegel fortalecen los músculos del suelo pélvico. Un suelo pélvico fuerte proporciona un mejor sostén para los órganos pélvicos, evita que empeore el prolapso y alivia los síntomas relacionados con el prolapso vaginal posterior.
Para hacer los ejercicios de Kegel:

  • Tensa (contrae) los músculos del suelo pélvico como si intentaras evitar despedir gases..
  • Contrae durante cinco segundos y después relaja durante otros 10 segundos. Si te resulta muy difícil, comienza contrayendo durante dos segundos y relajando durante cinco segundos.
  • Continúa con el ejercicio hasta mantener las contracciones durante 10 segundos por vez.
  • Intenta hacer al menos tres series de 10 repeticiones por día.

Los ejercicios de Kegel pueden dar mejores resultados si te los enseña un fisioterapeuta y si se refuerzan con biorretroalimentación. Esto implica el uso de dispositivos de control que ayudan a garantizar que estés contrayendo adecuadamente los músculos durante la mayor cantidad posible de tiempo.
Una vez que hayas aprendido el método adecuado, podrás hacer los ejercicios de Kegel discretamente en cualquier momento, ya sea sentada en tu escritorio o relajada en un sillón.